domingo, 6 de abril de 2008

Siguiendo el Rastro

“No es natural que una sombra no tenga dueño, una sombra pertenece a alguien y vive y muere con su dueño”, pensaba mientras descansaba en las grietas de un edificio al despuntar el alba. Ese pensamiento invocó la memoria del suceso que le dio vida propia: Su dueño se encuentra encorvado frente a una gran máquina, se esfuerza por leer unos instrumentos. La máquina comienza a vibrar y con ella todo el cuarto, un foco rojo en el techo se enciende, su dueño da media vuelta y comienza a correr. La máquina se cuartea y aquella luz blanca comienza a escapar. Su dueño abre la puerta, pero es demasiado tarde. La luz escapa de la máquina y llena todo el cuarto. Su dueño es devorado y ella es enterrada bajo las paredes y el techo que se desmoronan.

Disfrutaba pasar el día en el parque, allí había mucha actividad: hombres y mujeres hacían ejercicio, gente mayor lanzaba palomitas o pan a los patos del lago y gran cantidad de niños corrían de un lado para otro, pero los favoritos de ella, eran aquellos que se sentaban a leer el periódico o algún libro sentados en las bancas o recostados bajo algún árbol. Ella se acercaba y escondida en alguna otra sombra leía lo que ellos leían, así había descubierto a Peter Pan y la fabulosa técnica de coser una sombra a los pies. Durante mucho tiempo buscó a la tierra de Nunca Jamás, o a los chiquillos, y aunque nunca los encontró no se desanimó ya que había un antecedente. Alguna vez a alguien le había sucedido lo mismo, podría encontrar a otra sombra con la cual estar u otro dueño que la cociera a sus pies, solo era cuestión de paciencia.

Durante las noches, sin la amenaza de la luz le sol, se dedicaba a buscar rastros de alguna otra sombra sin dueño o de algún niño que se paseara por los cielos vestido de verde, seguido de una mujercita brillante. Recorría todos los cuartos de niños y niñas que le era posible, especialmente aquellos que tenían ventanas o balcón. “Si tan sólo pudiera encontrar un rastro del polvo brillante…” se decía mientras brincaba de ventana en ventana.

3 comentarios:

Alexia Lefebvre dijo...

Felicidades por este primer post. Si encuentras Nunca Jamás, ¿prometes llevarme? Me gustó la sombra como personaje, creo que, demasiadas veces, olvidamos este doble de nosotros mismos. Tb me encantó el design! Te amo...

Bianca Monroy dijo...

Yo perdí mi sombra...¿puedo usar ésta?

...Excelente ático.

Flexis dijo...

Vedril? Is that you? What did you do to your hair?